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  • Área Artística OSSLP 2020

Gonzalo Curiel en manos de Rodolfo Ritter


Gonzalo Curiel nació en Guadalajara, Jalisco, el 10 de enero de 1904. Desde su infancia mostró un especial gusto por la música y manifestó su talento para la ejecución del piano, instrumento que aprendió a tocar a los 6 años. Tenía que apilar algunos libros en el taburete para alcanzar el teclado. No obstante, su padre se oponía a que pudiera dedicarse a la música. En su adolescencia realizó estudios musicales con Zez Confrey en Los Angeles, California. Su padre le exigía un título universitario, por lo que entró a estudiar medicina a la Universidad de Guadalajara. Cuando cursaba el cuarto año y en congruencia con la claridad de su vocación por la música, decidió hablar con su padre para dejar la carrera y dedicarse a la música. En 1927 viajó a la Ciudad de México en donde consiguió trabajo en una dependencia de gobierno y al mismo tiempo otro empleo en una empresa de música en donde Gonzalo tocaba el piano para grabar rollos de pianola. Tres años después, la inauguración de la XEW abrió un extraordinario medio para la difusión de la música. Gonzalo fue uno de los más beneficiados. Inicialmente fue contratado para cubrir la música entre programas y para acompañar anuncios comerciales. Pero la etapa inicial duró unos cuantos meses, ya que el entonces prestigiado cantante Dr. Alfonso Ortiz Tirado, invitó a Gonzalo a acompañarlo a una gira que cubriría parte del centro y norte del país, y del sur de Estados Unidos, debido a que su pianista había enfermado. A su regreso, el Dr. Ortiz Tirado le recomendó que debido a sus conocimientos formara sus propios grupos musicales. De inmediato surgió el grupo Ritarmelo (ritmo, armonía y melodía), Los Diablos Azules, y para 1932, Los Caballeros de la Armonía, grupo que lograría posicionarse en el gusto del público y época en la que hizo la música de varias revistas musicales, las que en su momento trascendieron fueron: Ven y Prisma, con libreto y escenografía a cargo de Carlos Villenave.


Cartón de 1950 por Antonio Lamadrid


Surge entonces el Escuadrón del Ritmo, orquesta de treinta elementos que marcó toda una época entre las orquestas de baile en eventos sociales, así como de variedad principal en teatros de revista. Esta orquesta finalmente cambió su nombre al de Orquesta de Gonzalo Curiel, que se presentaba en los mejores y más renombrados escenarios, en los foros y centros nocturnos de moda, en televisión y en los dos estudios de la XEW, que precisamente fueron ampliados para dar cabida, primero, al Escuadrón del Ritmo y después a la Orquesta de Gonzalo Curiel, quien se convirtió en uno de los íconos del bolero y de la canción romántica en la Época de Oro de la canción mexicana, durante los años 40's y 50's.


Gonzalo Curiel & Orquesta - El baile del Big Apple (Los millones de Chaflán 1938) Fragmento


Cubrió tres facetas dentro de la música: Canción popular. Música de fondo para alrededor de 180 películas del cine mexicano y americano, y Música de concierto. Creó tres conciertos para piano y orquesta sinfónica. Los conciertos No.1 y No.2, con tres movimientos cada uno, y el Concierto No.3, con un sólo movimiento, debido a que no pudo terminarlo.


Gonzalo Curiel fue cofundador de la Sociedad de Autores y Compositores de México, institución que presidió en dos periodos. Falleció de un infarto al miocardio el 4 de julio de 1958. Sus restos reposan en el Panteón Jardín de la Ciudad de México.


Escuche Usted la memoria sonora del Concierto No. 3 para Piano y Orquesta de Gonzalo Curiel, en manos del laureado pianista orgullo mexicano Rodolfo Ritter, concierto grabado en vivo el 28 de abril del año 2018, en el Teatro de la Paz.


Concierto No. 3 para Piano y Orquesta

La obra sinfónica del Mtro. Gonzalo Curiel representa su mayor logro profesional, derivado de la madurez de su desarrollo, preparación y conocimientos, y su deseo de expresar en los conciertos carácter, fuerza, sensibilidad, inspiración y creatividad.

Este concierto se estrenó el 2 de Julio de 1967, en la Hora Nacional, ni más ni menos que por Consuelito Velázquez y la Orquesta de México, a cargo del Maestro Carlos Tirado. Fue hasta agosto de 2014 que se presentó de nuevo con la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí, con Rodolfo Ritter como solista, bajo la dirección de José Miramontes.


En Palabras de Rodolfo Ritter:

“En un solo movimiento se percibe cierta influencia de la escritura de Prokofiev y por momentos de Messiaen por el empleo de politonalidad pero desde una perspectiva muy lírica y por supuesto acusando influencias de la música popular y cinematográfica. Emulando a Tchaikovsky con sus tres conciertos para piano en el que el último queda inconcluso en un solo movimiento, es un concierto que además de ser muy demandante técnicamente se encuentra en un carácter más reflexivo y con cierta melancolía a diferencia del carácter heroico y monumental de los primeros dos conciertos, acaso más, en un tono poético resignado pero también, exótico y exuberante.”


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